sábado, 21 de abril de 2012

Caléndulas: ¿egoísmo o supervivencia?

La caléndula es una hierba robusta que crece entre un palmo y medio metro. Sus tallos son angulosos y recubiertos de vello. Las hojas son de color verde pálido, levemente carnosas. Las flores, de color anaranjado intenso, aparecen en el extremo de los tallos durante casi todo el año y tienen unos 5 a 7 centímetros de diámetro. Produce tres tipos de semillas, unas más simples (que desarrollan nuevas plantas en los alrededores), otras con aleta (las distribuye el viento) y otras ganchudas (que se pegan al pelo de los animales). La caléndula se cultiva en jardinería por sus bellas flores. Las flores de caléndula se abren por la mañana y se cierran por la tarde, por ello los romanos la llamaban solsequium (que sigue al sol).
¿Os habéis fijado que las caléndulas siempre viven en comunidades y que donde hay caléndulas nunca crece ninguna otra flor? Puede parecer casualidad pero lo cierto es que tiene una explicación científica. Esta flor de rechamante color tiene la facultad de transmitir a la tierra, a través de sus raíces, una substancia que impide que otras plantas puedan vivir en su territorio y que favorece el crecimiento y desarrollo de las nuevas generaciones. ¡De este modo su supervivencia está asegurada!

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